Simpathy for Mr Vengeance

Es indignante la noticia que recibí ayer. En Estados Unidos no se dan cuenta que lo que importa en esta vida no es el qué, es el cómo. En una época de remakes de dudosa reputación no podemos dejar de sentirnos extrañados cuando nos comunican un remake de una gran película. En esta ocasión se está preparando para 2012 un remake de Simpathy por Mr Vengeance, la película del coreano Chan Wook Park. En mi opinión se trata de cochinear una de las mejores películas que he visto en mi vida. La violencia, la poesía, la belleza, se trata de una de los obras de arte que más me han conmovido desde siempre. Me indigna pensar cómo va a ser el resultado, porque no me encaja nada, estamos en Corea y es Wook Park.

Es una pesadilla que reflexiona sobre el ser humano, como podemos llegar a actuar cuando estamos desesperados y si esos actos son justificables. No se trata de una película violencia, sino más bien humana, dura y estremecedora, una poesía en imágenes. La desesperación de un chico por salvar la vida de la persona que más quiere le lleva a tomar una decisión que a priori no va a tener ninguna consecuencia, pero la cosa se complica, a partir de ese momento todo se va de las manos, todo desemboca en el fin.

Los americanos no pueden hacer nada bueno con esto, van a transformar la poesía en violencia gratuita, van a convertir el humanismo de los personajes en un circo. No puedo hacer otra cosa que indignarme y rezar para que la cagada no sea muy grande. Me sienta mal que nadie tenga buenas ideas y tengan que hacer continuamente remakes, el reto está en hacer un remake de una peli mala, no de una buena. Sólo he querido hacer esta entrada para que se sepa mi futura indignación, quizás en 2012 cambie de idea, pero las cosas buenas siempre están bien tal y como están. Ya volveré pronto a manifestar otra vez mi indignación sobre cine y otros temas.

Por último contar una de mis escenas favoritas de este film: Un padre observa horrorizado y llorando la autopsia de su hija. Por circunstancias de la vida debe volver a presenciar otra autopsia, esta vez bostezando. Imaginen como ha cambiado su vida.