Crows Zero

Ya era hora de dejar atrás trabajos estúpidos y aburridos que me han ido mandando revisar una y otra vez, espero que en estas fiestas pueda hablar mucho de cine con vosotros. Para empezar me gustaría recomendar dos pelis de uno de mis directores favoritos, Crows Zero I II de Takashi Miike. Unas películas que sirven para desconectar totalmente del mundo en un ejercicio de imaginación trepidante.

La historia narra la situación de un instituto masculino en Japón donde se vive un mundo aparte y todos los alumnos sueñan con ser el líder de ese instituto, para eso como si fuese un pequeño mundo se trata de ir conquistando clases, lógicamente los de primero tendrán que esperar a que les llegue su turno. El protagonista Genji llega nuevo al instituto en tercer curso y se promete como meta personal conseguir lo que su padre no había conseguido, ser el líder del instituto, para ello se tiene que enfrentar a multitud de personajes pintorescos que se irán convirtiendo a medida que avanza la trama en amigos y enemigos, su meta es vencer al líder del instituto, el carismático Serizawa. En realidad no se trata de una historia entre tres o cuatro personajes, sino por lo menos 20 personajes con sus correspondientes apellidos japoneses y sus peinados peculiares intervienen en esta historia. Es un film puramente dirigido a hombres, es una película que se desarrolla a mamporro limpio, ni navajas, ni pistolas ni mariconadas, todo a puñetazos. El director es un fenómeno de la imagen y crea toda una estítica compleja en una historia aparentemente trivial, lo que más me interesa de esta película es la capacidad que tiene de absorción y que no se conforman con dos personajes, sino que por lo menos 20 personajes son fundamentales en el relato.

En la segunda parte todavía es mas demencial la cosa, a esos 20 se les suma ahora otros 20 de un instituto rival, al que se tienen que enfrentar, está el sádico, el tímido, el guapo, el duro, el entrañable, el loco, el moderno, el del pelo tintado, el tatuado, el que fuma, el que tiene crisis existenciales. Lo más alucinante es que el final de la segunda parte es una batalla campal entre 400 personas a ostia limpia que dura por lo menos 45 minutos, no ves por ningún momento el final de las ostias, sientes empatía con los personajes y sientes que la historia tan trivial está perfectamente contada. Por muy fuerte que seas, no puedes dominar el mundo tu solo y cuidado siempre habrá alguien más fuerte que tu, o si no que se lo digan a Genji.